El teléfono suena todo el día. Ese es el problema.

Pregunta a cualquier jefe de servicio cuál es la causa de la mayor presión diaria –
y lo oirás de fondo:
El teléfono.
Suena todo el día.
No sólo para nuevas citas,
sino para actualizaciones, confirmaciones, recordatorios… las mismas preguntas, una y otra vez.
Los clientes llaman porque no están seguros.
Tu equipo atiende porque nadie más contesta.
Y así continúa el ciclo.
¿Por qué siguen llamando los clientes?
En 2024, con sitios web, aplicaciones y WhatsApp disponibles,
¿por qué tantos clientes siguen llamando?
Porque no les llega la información que necesitan.
Siguen preguntando:
- “¿Ya está listo mi coche?”
- “¿Cuándo vuelvo a tener cita?”
- “¿Qué tipo de revisión le corresponde a mi kilometraje?”
Has digitalizado los canales.
Pero no la conversación.
Y desde luego no el seguimiento.
Cada llamada es una señal de que algo no se entregó proactivamente.
No se reduce la presión telefónica añadiendo más líneas telefónicas.
Se reduce eliminando la necesidad de llamar.
Eso requiere un cambio:
De esperar a que te pregunten,
a dar la respuesta antes de que te hagan la pregunta.
La proactividad gana a la reacción. Siempre.
Eso es lo que hace una plantilla virtual.
No espera a que los clientes llamen.
Llega primero -vía WhatsApp u otros canales- con:
Actualizaciones en tiempo real
- Recordatorios de servicio
- Confirmaciones de citas
- Notificaciones de estado
Sin música de espera.
Sin colas de llamadas.
Sólo contesta, antes de que suene el teléfono.
Porque la mejor forma de gestionar una llamada telefónica…
es asegurarnos de que nunca tenga que ocurrir.